31 agosto 2013

Entre dorsirrojo y dorsirrojo

Como ya comenté en el post anterior, este mes de agosto lo pasé en la Sierra de la Demanda (Burgos) y, aunque lo más destacado fueron mis amigos los alcaudones dorsirrojos, pude ver a muchos otros animalillos en los prados de esta zona de Castilla y León... Aquí dejo algunas fotos:

Las tarabillas (Saxicola torquata), como éste macho, se esforzaban por cazar algún bichillo para sus volantones pollos
Al igual que los alcaudones, las abubillas (Upupa epops) pronto comenzarán su larguísimo viaje hacia África para pasar un invierno más... ¡¡ésta abubilla tal vez haya hecho el recorrido hasta 20 veces!! Su longevidad, por lo tanto, pude ser de hasta 10 años
Al ser una zona de explotación de pinos, abundan los trepadores azules (Sitta europaea) que, afortunadamente, han sacado adelante a pollos como éste
Lo mismo ocurre con los arrendajos (Garrulus glandarius) que, a pesar de ser muy gritones y llamativos, rara vez posan (y nunca mejor dicho) al descubierto el suficiente tiempo como para retratarlos
Las cigüeñas blancas (Ciconia ciconia) aprovechan la época de siega en los prados para atiborrarse de los animalillos que quedan al descubierto

Sus potentes despegues son un reto a la hora de fotografiar: casi todas las imágenes quedan desenfocadas, pero alguna siempre se salva
¡Desenfocadas o no, desde luego que hacerlas es divertido!
Como tantas otras aves, enseguida emigrarán al sur... aunque cada año se quedan más en la península, debido a la gran cantidad de alimento que les proporcionan los humanos
En esta imagen, una cigüeña voló hacia mí justo contra la única nube oscura que había: el resultado es esta curiosa imagen de la cigüeña iluminada y el fondo oscuro amenazante
En los bordes de bosque cerca de los prados se puede sorprender a algún triguero (Milaria calandra) como éste, con una bonita luz de atardecer
También en las lindes del bosque pude ver muchos zorzales como éste, que creo que es el charlo (Turdus viscivorus)
Me sorprendió la densidad de rapaces que rastreaban el prado aprovechando la siega, como por ejemplo este águila calzada (Hieraaetus pennatus) que veia todos los dias... ¡incluso pude ver cómo dos ejemplares se perseguían seguramente por el control del territorio!
Lo que no esperaba ver era un alimoche (Neophron percnopterus)... si te fijas, casi todas las aves planeadoras tienen las puntas de las alas negras, por lo que he leído el pigmento oscura les da fuerza extra: ¡curioso, pero siempre se aprende algo nuevo!
Sin embargo, las rapaces que más y mejor pude ver son los cernícalos vulgares (Falco tinnunculus), que por cierto, de vulgares tienen bastante poco
Desde luego que las aves no siempre usan como posaderos las ramas más fotogénicas... a éstos les encantaban los postes de la luz, que les sirven como oteaderos
Una belleza de animal
Pillé a este merendándose en su poste de la luz favorito algún animalillo que capturó ...
... y echando una egagrópila
  ¡Volando con las cigüeñas!
Incluso pude ver al macho adulto acompañando a este joven pollo volantón en sus primeros vuelos
 El macho en pleno vuelo, un cazador formidable, como puedes comprobar en la siguiente e increíble situación
Estaba paseando por el prado siguiendo a unos alcaudones cuando oigo un ruido a unos 20m, miro y veo salir del suelo a una forma: ¡el macho de cernícalo! Pero entonces me fijo en que parece que le cuesta volar: ha cazado algo... ¿un ratón? ¡No, un pajarillo! Y juzgando por el panel amarillo que puedes ver en el reencuadre de la derecha creo que es un jilguero
El cernícalo se aleja como puede, casi todas las fotos que le hice quedaron desenfocadas por los nervios, pero lo más llamativo aún estaba por llegar... veo una forma que se acerca por la derecha acercándose hacia el cernícalo... el cernícalo deja caer el jilguero...
 ... ¡Wow, si es un milano negro! El milano se posa un momento para coger la presa que le acaba de hacer tirar al cernícalo, el cual se aleja por la izquierda
El milano despega, todavía con el cernícalo a la izquierda
 Y remonta el vuelo con el jilguero entre las garras...
...¡para comérselo en vuelo! Absolutamente increíble, pensaba yo nada más hacer las fotos... la verdad, apenas me importó que el 90% quedaran desenfocadas: ¡solamente presenciar esa interacción ya es un privilegio!
Y éste es el ladrón en cuestión: el milano negro (Milvus migrans) que todos los días patrullaba el prado a ver si había algo para cazar... ¡o robar!
En una ocasión, lo vi peleándose con otro milano... ¡pero éste era el milano real! Nunca había visto las dos especies de milanos juntas, ¡y menos aún peleándose!
Aquí ves al otro milano, el milano real (Milvus milvus) que a diferencia del milano negro, se queda en la zona todo el año
 Además, estaba marcado con una etiqueta que me parece que pone C1-SP... ya os contaré si me mandan alguna información del ejemplar anillado
 Cerca del prado discurre el río Arlanza, donde pude ver el martín pescador (el muy escurridizo me pasaba por delante muchas veces, pero no le conseguí hacer ninguna foto... eso queda para la próxima, jejeje)
También hay muchos animalillos, como este caballito del diablo (Calopteryx splendens)...
... o ésta rana común (Pelophylax perezi). Las ranas son la comida de muchos animales, pero lo que no esperaba era ver una en el pico de este depredador...
 ...¡un halcón abejero (Pernis apivorus)!
 Había visto fotos de éstos animales comiendo ranas, pero verlo en directo... ¡desde luego, una sorpresa!
No se la comió en el río como hacen a veces, sino que salía del río ya con el pobre batracio en el pico, en dirección a un pinar cercano, lo que me hace pensar que esa servirá para alimentar a un pequeño halcón abejero en el nido
Y acabo con esta bonita estampa de una corneja (Corvus corone) que parece casi un cuervo reclamando al atardecer sobre, cómo no, un pino

Nada más por ahora, ¡ya veis que en la zona había bastantes cosas más que dorsirrojos!

29 agosto 2013

Alcaudones, los carniceros alados

Bueno, pues aquí estoy después de más de un mes sin pasar por casa... ¡y sin actualizar el blog!
Pero estar unas semanas fuera no significa dejar de lado la cámara, y éste ha sido sin duda el verano de los alcaudones: estos animales que a primera vista parecen unos pajarillos cualquiera pero que en realidad son unos eficaces depredadores... basta con fijarse en el nombre ciéntifico de la familia, Lanius, que traducido del latín significa "carnicero". Este nombre es debido a que tienen un potente pico ganchudo y una dieta carnívora, además del hábito de ensartar a sus presas en alambres o zarzas, creando así una "despensa". En España podemos ver 3 especies: el común, o Lanius senator ("carnicero senador", supongo que por su postura vigilante sobre los arbustos), el dorsirrojo o Lanius collurio ("carnicero aclarado", por sus tonos crema del pecho y la tripa) y el real o Lanius excubitor ("carnicero centinela", que al igual que el común vigila su territorio en busca de presas).

Aquí puedes ver al alcaudón común (Lanius senator), un animal precioso, con su plumaje negro y blanco y su nuca naranja 

Pero los que de verdad he podido disfrutar este verano han sido los reales y los dorsirrojos:

Éste es el alcaudón dorsirrojo (Lanius collurio), tuve la suerte de encontrar un prado donde anidaban unas 4 parejas, a unos 500 m. entre sí, en la Sierra de la Demanda (Burgos)
Sólo el macho adulto hace honor al nombre con su espalda rojiza, las hembras y los pollos tienen un color más pardo apagado
Estaba lleno de pollos, en cada territorio habría unos 5 más o menos
A lo largo de las 4 semanas que estuve allí pude ver cómo crecían: al principio, apenas cazaban y eran alimentados por los padres, pero a finales de agosto ya estaban capturando sus primeros insectillos, como puedes ver aquí: éste ha cogido algo que parece una chinche de escudo, unos invertebrados que sueltan un olor horrible al ser molestados... ¡al joven alcaudón le queda práctica para saber qué se come y qué no!
En cuestión de unas semanas (tal vez ya) pondrán rumbo hacia África para pasar el invierno, y eso que los jóvenes apenas tienen dos meses de vida... pero la migración de estos alcaudones es muy peculiar: en vez de dirigirse directamente al sur, emigran hacia el este. Una vez llegan a la zona de los Balcanes, giran hacia el sur y entran a África, para pasar el invierno en Eritrea, Somalia, Tanzania... ¡vaya recorrido!

No desconfían mucho de las personas, como demuestra este pollo con un pueblo al fondo
De hecho, las abundantes vallas y postes del prado les ofrecen magníficos posaderos para avistar y capturar sus presas
 En estas fotos puedes ver la secuencia de caza que comentaba: primero se posa en un poste y localiza una presa...
 ... para dejarse caer, atrapar el gusanito en cuestión y volver para comérselo...
... pero en esta ocasión, es espantado por una gorriona: ¡aquí puedes ver que en realidad los alcaudones no son tan grandes!
En algunos territorios, los adultos pueden hacer despensas (¡en una ocasión se registró una pareja con 6!) en las que almacenan sus capturas para poder comérselas después o sujetarlas si no pueden con las patas, aunque los que veía yo no lo hacían
Una vez se hizo un experimento en una despensa que usaba una pareja y se colocó un ratoncillo muerto, pero cuando la hembra (que es la que más suele usarlas) se acercó, ignoró la captura... entonces llegó el macho, quitó el ratón y lo volvió a ensartar por la garganta (que es como lo colocan ellos)... ¡cuando volvió la hembra, que se lo comió! Desde luego que son unos comensales exquisitos

Más al sur, en la Sierra de Madrid (cerca de Bustarviejo) encontré un pequeño valle que durante unas semanas estuvo dominado por un grupo de grandes alcaudones reales (Lanius excubitor), que a diferencia de los dorsirrojos, no se espantarían por una gorriona: tal vez se la comerían.

El elegante alcaudón real (Lanius excubitor), vigilando su territorio desde las ramas secas de un árbol
Lo mejor es que no había sólo uno, sino como mínimo 3... igual alguno era pollo (este desde luego lo parece), pero me parece un poco pronto para que estuvieran tan desarrollados (las fotos son de finales de junio): la puesta es a mediados de mayo, a principios de junio nacen los pollos y en 20 días abandonan el nido... ¡pero quién sabe!
Bueno, les estoy llamando Lanius excubitor porque es el nombre que siempre se les ha dado, aunque ahora parece que al estudiar el ADN mitocondrial se les tiene que llamar Lanius meridionalis, o alcaudón meridional: la especie excubitor solo se considera al norte de España... ¡cosas de la genética!
Son aves muy inteligentes. ¡a veces imitan el canto de un carbonero, jilguero, lavandera... para atraerlo y cazarlo!
Es esta habilidad para cazar animales de sangre caliente como aves, mamíferos, reptiles... la que les permite sobrevivir en invierno sin emigrar: simplemente, no lo necesitan
Además, son muy territoriales: éste arrendajo que camina tranquilamente por las rocas no sabe que en cualquier momento...
...¡puede ser hostigado por una agresiva masa gris de plumas!
Arrendajos, rabilargos... a pesar de ser superados en número, los alcaudones rechazan a todos los intrusos de su territorio
Pero si lo otro me pareció todo un espectáculo, la situación que viene ahora ya parece sacada de un programa de "El hombre y la tierra". Mientras veíamos a los alcaudones, me fijé que empezaban a bajar al suelo en la base de la hondonada, muy nerviosos... y de repente veo una forma salir reptando, trepando por la ladera arenosa en la que viven los alcaudones: una enorme culebra de escalera (Rhinechis scalaris)
Y los alcaudones, lejos de asustarse ante el reptil, se lanzan al suelo haciendo ataques repentinos... un golpe y se retiraban, pero siempre abriendo las alas y chillando
Impresionante, ¿verdad? ¡Yo estaba alucinando! Imagina la cantidad de fotos que les hice: ¡eso es algo que sólo se ve una vez en la vida!
Y finalmente los alcaudones consiguieron espantar a la culebra que se perdió entre la maleza: si todo esto fue en una tarde, ¡la de aventuras que vivirá este grupo de alcaudones a lo largo de su vida!
Lo que no sé es si podré disfrutarlas yo, porque unas dos semanas después de todo esto, desaparecieron los alcaudones y ya no les he vuelto a ver. Ahora la hondonda está desierta sin ellos: parecen alcaudones ficticios más que reales... Pero estoy seguro que es que se han cambiado de zona de campeo, porque a lo largo del pasado invierno los vi en distintos puntos de la gran ladera montañosa, fluctuando según avanzan las estaciones

Esto es todo por ahora, ¡sin duda estos alcaudones son un mundo! Espero poder encontrar el nuevo territorio de los reales espanta-culebras y ¡quién sabe si el año que viene volver a buscar a los dorsirrojos!