29 agosto 2013

Alcaudones, los carniceros alados

Bueno, pues aquí estoy después de más de un mes sin pasar por casa... ¡y sin actualizar el blog!
Pero estar unas semanas fuera no significa dejar de lado la cámara, y éste ha sido sin duda el verano de los alcaudones: estos animales que a primera vista parecen unos pajarillos cualquiera pero que en realidad son unos eficaces depredadores... basta con fijarse en el nombre ciéntifico de la familia, Lanius, que traducido del latín significa "carnicero". Este nombre es debido a que tienen un potente pico ganchudo y una dieta carnívora, además del hábito de ensartar a sus presas en alambres o zarzas, creando así una "despensa". En España podemos ver 3 especies: el común, o Lanius senator ("carnicero senador", supongo que por su postura vigilante sobre los arbustos), el dorsirrojo o Lanius collurio ("carnicero aclarado", por sus tonos crema del pecho y la tripa) y el real o Lanius excubitor ("carnicero centinela", que al igual que el común vigila su territorio en busca de presas).

Aquí puedes ver al alcaudón común (Lanius senator), un animal precioso, con su plumaje negro y blanco y su nuca naranja 

Pero los que de verdad he podido disfrutar este verano han sido los reales y los dorsirrojos:

Éste es el alcaudón dorsirrojo (Lanius collurio), tuve la suerte de encontrar un prado donde anidaban unas 4 parejas, a unos 500 m. entre sí, en la Sierra de la Demanda (Burgos)
Sólo el macho adulto hace honor al nombre con su espalda rojiza, las hembras y los pollos tienen un color más pardo apagado
Estaba lleno de pollos, en cada territorio habría unos 5 más o menos
A lo largo de las 4 semanas que estuve allí pude ver cómo crecían: al principio, apenas cazaban y eran alimentados por los padres, pero a finales de agosto ya estaban capturando sus primeros insectillos, como puedes ver aquí: éste ha cogido algo que parece una chinche de escudo, unos invertebrados que sueltan un olor horrible al ser molestados... ¡al joven alcaudón le queda práctica para saber qué se come y qué no!
En cuestión de unas semanas (tal vez ya) pondrán rumbo hacia África para pasar el invierno, y eso que los jóvenes apenas tienen dos meses de vida... pero la migración de estos alcaudones es muy peculiar: en vez de dirigirse directamente al sur, emigran hacia el este. Una vez llegan a la zona de los Balcanes, giran hacia el sur y entran a África, para pasar el invierno en Eritrea, Somalia, Tanzania... ¡vaya recorrido!

No desconfían mucho de las personas, como demuestra este pollo con un pueblo al fondo
De hecho, las abundantes vallas y postes del prado les ofrecen magníficos posaderos para avistar y capturar sus presas
 En estas fotos puedes ver la secuencia de caza que comentaba: primero se posa en un poste y localiza una presa...
 ... para dejarse caer, atrapar el gusanito en cuestión y volver para comérselo...
... pero en esta ocasión, es espantado por una gorriona: ¡aquí puedes ver que en realidad los alcaudones no son tan grandes!
En algunos territorios, los adultos pueden hacer despensas (¡en una ocasión se registró una pareja con 6!) en las que almacenan sus capturas para poder comérselas después o sujetarlas si no pueden con las patas, aunque los que veía yo no lo hacían
Una vez se hizo un experimento en una despensa que usaba una pareja y se colocó un ratoncillo muerto, pero cuando la hembra (que es la que más suele usarlas) se acercó, ignoró la captura... entonces llegó el macho, quitó el ratón y lo volvió a ensartar por la garganta (que es como lo colocan ellos)... ¡cuando volvió la hembra, que se lo comió! Desde luego que son unos comensales exquisitos

Más al sur, en la Sierra de Madrid (cerca de Bustarviejo) encontré un pequeño valle que durante unas semanas estuvo dominado por un grupo de grandes alcaudones reales (Lanius excubitor), que a diferencia de los dorsirrojos, no se espantarían por una gorriona: tal vez se la comerían.

El elegante alcaudón real (Lanius excubitor), vigilando su territorio desde las ramas secas de un árbol
Lo mejor es que no había sólo uno, sino como mínimo 3... igual alguno era pollo (este desde luego lo parece), pero me parece un poco pronto para que estuvieran tan desarrollados (las fotos son de finales de junio): la puesta es a mediados de mayo, a principios de junio nacen los pollos y en 20 días abandonan el nido... ¡pero quién sabe!
Bueno, les estoy llamando Lanius excubitor porque es el nombre que siempre se les ha dado, aunque ahora parece que al estudiar el ADN mitocondrial se les tiene que llamar Lanius meridionalis, o alcaudón meridional: la especie excubitor solo se considera al norte de España... ¡cosas de la genética!
Son aves muy inteligentes. ¡a veces imitan el canto de un carbonero, jilguero, lavandera... para atraerlo y cazarlo!
Es esta habilidad para cazar animales de sangre caliente como aves, mamíferos, reptiles... la que les permite sobrevivir en invierno sin emigrar: simplemente, no lo necesitan
Además, son muy territoriales: éste arrendajo que camina tranquilamente por las rocas no sabe que en cualquier momento...
...¡puede ser hostigado por una agresiva masa gris de plumas!
Arrendajos, rabilargos... a pesar de ser superados en número, los alcaudones rechazan a todos los intrusos de su territorio
Pero si lo otro me pareció todo un espectáculo, la situación que viene ahora ya parece sacada de un programa de "El hombre y la tierra". Mientras veíamos a los alcaudones, me fijé que empezaban a bajar al suelo en la base de la hondonada, muy nerviosos... y de repente veo una forma salir reptando, trepando por la ladera arenosa en la que viven los alcaudones: una enorme culebra de escalera (Rhinechis scalaris)
Y los alcaudones, lejos de asustarse ante el reptil, se lanzan al suelo haciendo ataques repentinos... un golpe y se retiraban, pero siempre abriendo las alas y chillando
Impresionante, ¿verdad? ¡Yo estaba alucinando! Imagina la cantidad de fotos que les hice: ¡eso es algo que sólo se ve una vez en la vida!
Y finalmente los alcaudones consiguieron espantar a la culebra que se perdió entre la maleza: si todo esto fue en una tarde, ¡la de aventuras que vivirá este grupo de alcaudones a lo largo de su vida!
Lo que no sé es si podré disfrutarlas yo, porque unas dos semanas después de todo esto, desaparecieron los alcaudones y ya no les he vuelto a ver. Ahora la hondonda está desierta sin ellos: parecen alcaudones ficticios más que reales... Pero estoy seguro que es que se han cambiado de zona de campeo, porque a lo largo del pasado invierno los vi en distintos puntos de la gran ladera montañosa, fluctuando según avanzan las estaciones

Esto es todo por ahora, ¡sin duda estos alcaudones son un mundo! Espero poder encontrar el nuevo territorio de los reales espanta-culebras y ¡quién sabe si el año que viene volver a buscar a los dorsirrojos!

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